Periodismo Local en Colombia: Resistencia y Supervivencia
LA MÁS BAKANA
18 de noviembre de 2025
Un estudio de la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP) revela que el periodismo local en Colombia se encuentra en una situación de tensión, obligado a resistir, reinventarse y sobrevivir en medio de múltiples presiones. El informe, basado en entrevistas y encuestas a 34 municipios estratégicos (incluyendo capitales y zonas de frontera), examina cinco dimensiones críticas: seguridad, economía, presiones políticas, infraestructura y salud del ecosistema mediático. Aunque existen silencios impuestos por la violencia y la precariedad, el estudio destaca una paradoja: la proliferación de medios comunitarios, influencers y periodistas ciudadanos que mantienen viva la circulación de información de interés público.

Tomado de: https://www.elcolombiano.com/
La violencia contra la prensa es uno de los obstáculos más persistentes, con una intensificación marcada por la acción de grupos armados. La FLIP documentó 536 agresiones contra la prensa en 2024, convirtiéndolo en el año más violento de la última década. La consecuencia directa es la autocensura: el 65 % de los encuestados trabaja bajo presión o silenciamiento, y el 41 % evita ciertos temas por miedo. Las amenazas directas, la estigmatización y la obstrucción al trabajo periodístico son comunes. Además, las violencias más graves, como las agresiones físicas, el desplazamiento forzado e incluso las tentativas de homicidio (como la sufrida por el periodista Gustavo Chicangana en Guaviare), confirman que informar sigue siendo un acto de valentía que convive con el riesgo permanente en el territorio.
La fragilidad económica se ha profundizado; el 75 % de los proyectos periodísticos afirma que sus ingresos no cubren los costos de operación. La publicidad (73 %), los recursos propios (62 %) y la pauta oficial (42 %) son las fuentes de financiamiento más comunes. Esta dependencia convierte a los medios en una presa fácil de los poderes políticos. La pauta oficial es frecuentemente utilizada como una forma de cooptar las agendas editoriales, comprando lealtades y normalizando el silencio, pues la crítica puede llevar a la amenaza de retirar los recursos. Un periodista de La Guajira ilustra la autocensura al admitir que evita hablar de minería para no herir susceptibilidades de su principal anunciante, Cerrejón.



